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La Cooperativa Ecomún La Esperanza (Cecoespe), integrada por 142 reincorporados, presentó sus avances durante el Primer Encuentro “Acá de mi campesinado”.

En su Granja Integral en Buenos Aires, Cauca, esta cooperativa ha sembrado hasta el momento 18.000 árboles de café, 2.000 de plátano y 50 árboles maderables.

Esta iniciativa surgió como parte de la reincorporación a la vida civil de exguerrilleros presentes en la zona veredal transitoria de normalización de La Elvira, uno de los puntos de concentración creados a partir del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc.

El pasado 4 de mayo los integrantes de la Cooperativa presentaron su proyecto productivo ante emprendedores rurales, estudiantes, profesores, investigadores y administrativos de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira.

Como parte de los logros obtenidos expusieron además la compra de 100 gallinas ponedoras, 100 pollos de engorde y 10 cerdos, además de la creación de huertas caseras y la inauguración de un restaurante y una tienda comunitaria.

“Poder estar en un auditorio de la U.N. y hablarle a la gente como personas hoy vinculadas a un proceso de reincorporación, ha sido muy importante para nosotros. Esto es en lo que creemos, no es que tengamos la solución, pero es lo que podemos aportar y es fundamental que estas ideas sean escuchadas, porque entre todos construimos paz”, expresa Norbey Rodríguez Parra, presidente de Cecoespe.

El objetivo es que la Granja tenga una extensión de 272 hectáreas y que incluya la conservación de bosque primario y secundario de la zona, además de crear un sendero ecológico. Por otro lado, se plantea registrar el “Café La Esperanza” como marca de la Cooperativa.

La presentación se realizó en el marco del Primer Encuentro “Acá de mi campesinado”, organizado con el fin de mostrar y promover iniciativas productivas para el desarrollo del campo, vital en la consolidación de la paz en Colombia.

Algunos de los emprendimientos expuestos fueron turismo rural, avicultura familiar y producción de helecho cuero y anturios.

Apuesta por la paz

El evento también sirvió de plataforma para hacer un balance de los avances alcanzados por la Sede en el programa de Escuelas AgrioBiológicas.

Manuel Peláez, director del Departamento de Ciencias Biológicas, sostiene que uno de los objetivos de las Escuelas es llevar a estudiantes, egresados, profesores y voluntarios a territorios antes vedados por la guerra, para reconstruir el tejido de confianza entre la Universidad y las comunidades.

La metodología implementada consiste en llegar, primero, a colegios de vocación rural para trabajar con jóvenes y profesores en talleres sobre el agroturismo, las artesanías (nueva ruralidad) y la producción agropecuaria (ruralidad tradicional), entre otros temas. Una vez establecido este contacto, el proceso se extiende a padres de familia y asociaciones campesinas con quienes se realiza un diagnóstico de los problemas que afectan el desarrollo en cada zona, para plantear soluciones.

Así, desde 2016 se ha trabajado con seis colegios rurales y tres asociaciones en cuatro municipios del Valle del Cauca. “No le apostamos a un modelo de asistencialismo. Llevamos la Universidad fuera del campus y tejemos puentes de comunicación horizontal entre el saber académico y el tradicional, buscando resolver problemas de los ecoterritorios, en el marco del posacuerdo”, explica el doctor Peláez.

Según el director, estos resultados fueron socializados recientemente ante la Asociación Colombiana de Facultades con Programas de Ingeniería Agronómica y Agronomía (Acofia). “El recibimiento obtenido por parte de los decanos y cerca de 50 profesores fue muy positivo, hasta el punto de que recibieron solicitudes de colaboración de otras universidades para replicar la metodología de las Escuelas AgroBiológicas”.

Tomado de Agencia de Noticias UN.