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Después de que la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) adquiera los “Derechos de obtentor” sobre esta variedad, es decir el derecho exclusivo para su liberación comercial, Unapal laurena se convertirá en otra semilla certificada con la marca Unapal, lo cual representará mayor rentabilidad en los cultivos a los horticultores del occidente del país.

Unapal laurena se adapta a las condiciones climáticas y además presenta un rendimiento de 40 toneladas por hectárea en promedio, con respecto a las variedades precoso y patimorado, que producen 20 y 6 toneladas respectivamente.

Según los investigadores del “Programa Mejoramiento Genético, Agronomía y Producción de Semillas de Hortalizas”, de la U.N. Sede Palmira, la alta precocidad de este cultivar representa una ventaja agronómica, pues cuando se logra establecer una población uniforme y rápida en el campo, después de la tercera o cuarta hoja basal (que salen de su base) de la planta, desarrolla una amplia cobertura del suelo que dificulta el crecimiento de las malezas competidoras.

Hace 17 años, dicho programa liberó la variedad Unapal precoso, la cual ha tenido gran acogida por parte de los horticultores vallecaucanos. Precisamente en esta región se dedican alrededor de 1.200 hectáreas de las 3.000 destinadas al cultivo en el país. Otros productores importantes son Antioquia y Caldas.

Aspectos como la precocidad, es decir el tiempo de cosecha, la resistencia a la pudrición de las raíces y el intenso aroma de su follaje, forman parte de las características que convirtieron a Unapal precoso en un producto apetecido.

No obstante, esta variedad presenta menor número de hojas que salen de su base (basales) o menos follaje, en comparación con el cilantro pastuso, el común, el fino de Castilla o patimorado y el bogotano o Snow Bolt. Esto motivó la realización de mejoras genéticas al Unapal precoso, con el fin de potenciar esta característica de interés para los productores.

Así, obtuvieron la variedad Unapal laurena, la cual produce cinco tallos más en comparación con el Unapal precoso, que genera solo una; pero de este, conserva su precocidad, estimada entre 30 y 35 días de cosecha, mientras que otros tipos de cilantro tardan entre 60 y 70 días en estar listos.

Preservar la precocidad trae ventajas para los productores, pues menor tiempo de cosecha implica que los riegos y el control de malezas disminuirán, lo cual representa esfuerzo y dinero.

El profesor Mario Augusto García Dávila, del Departamento de Ciencias Agrícolas de la U.N. Sede Palmira, explica, además, que la conservación de un ciclo corto de cosecha incentiva la utilización eficiente del agua, en un momento cuyo acceso a este recurso es cada vez más limitado.

Resistente y rendidor

Para obtener Unapal laurena, el candidato a magíster en Ciencias Agrarias, Armando Zapata Valencia, trabajó por cuatro años en campo. El proceso de mejoramiento inició con una población de 4.500 plantas, que se redujo a 34 plantas de Unapal precoso con más de diez hojas en su base. Estas se aislaron de forma individual (en casetas cubiertas con tul) para promover su autopolinización.

De esta autofecundación resultaron 34 familias, que fueron evaluadas en campo para seleccionar las 12 más uniformes. Estas se llevaron hasta la fase de producción sometiéndolas a un análisis estadístico del cual resultaron siete familias.

Finalmente las semillas de esas siete familias se sembraron y dejaron a libre polinización para su recombinación intrafamiliar. El proceso de mejoramiento (selección recurrente fenotípica) dio como resultado el nacimiento de Unapal laurena.

Después, con el fin de realizar la inscripción de Unapal laurena en el Registro Nacional de Cultivares –que autoriza la producción, importación y comercialización de semillas para siembra en Colombia– se realizó la Prueba de Evaluación Agronómica entre marzo y junio de 2016, siguiendo el procedimiento establecido por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).

La prueba consistió en comparar cultivares de Unapal laurena con Unapal precoso y patimorado, la cual se hizo entre Palmira, Tablones (corregimiento de Palmira) y La cumbre (Valle del Cauca), y entre Timbío y Piendamó, en Cauca.

En cada localidad se realizó una siembra de forma manual, a 25 centímetros de distancia entre surcos, a través de un diseño de bloques que dio lugar a parcelas de 5 metros de largo por 12 metros de ancho de longitud. Durante 45 días fueron evaluados aspectos como altura de la planta, número de hojas basales, y producción por planta y por parcela.

Con sello Unapal

Una investigación adelantada por Édgar Iván Estrada, del Grupo de Mejoramiento Genético, Agronomía y Producción de Semillas, identificó el impacto real logrado en el agro nacional gracias a los avances científicos obtenidos en los laboratorios de la Sede Palmira desde hace dos décadas.

El mejoramiento genético de cinco variedades de zapallo (auyama), dos de tomate, una de pimentón, una de cilantro (precoso) y otra de habichuela significó para los horticultores de siete municipios de los departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío, seis del Cauca y 28 del Valle del Cauca, ingresos extra por valor de $2.537,6 millones, solo durante 2010. Además, en el mismo periodo se registró un rendimiento adicional de 5.490 toneladas de producción.

De esta manera queda demostrado el impacto real logrado en el agro nacional gracias al material genético resistente y de alto rendimiento desarrollado por la U.N.

Tomado de Agencia de Noticias.