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Durante ensayos, el lactobacillus identificado como T735 demostró que tiene un potencial de fermentación similar al de los aditivos comerciales enriquecidos para tener mejores resultados en la acidificación láctica.

 

El hallazgo se dio durante el desarrollo de la metodología del estudio “Optimización de Tithonia diversifolia ensilada como alimento para ovinos de pelo”, realizado por Vilma Amparo Holguín Castaño, doctora en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira.

Uno de los objetivos de la zootecnista Holguín era evaluar la capacidad fermentativa de las bacterias ácido lácticas aisladas de Tithonia diversifolia –es decir extraídas del mismo forraje– y compararlas con otras bacterias epífitas (que crecen sobre otras plantas) y aditivos comerciales que sirven para favorecer la acidificación.

Según la investigadora, “se prevé que la disponibilidad de forraje va a contar con mayores fluctuaciones en los próximos años debido al cambio climático. Por tal motivo es muy importante estudiar las opciones forrajeras en la alimentación de rumiantes”.

En ese sentido, amplía, mejorar el ensilado de forrajes tropicales supone una estrategia adecuada para hacer frente a la escasez de alimentos durante las estaciones secas prolongadas en el trópico. Por ejemplo, en la zona de vida bosque seco tropical, la alimentación de rumiantes presenta serias limitaciones por la poca oferta forrajera durante la temporada de sequía, lo cual provoca el deterioro de los forrajes o pastos que afecta tanto la calidad por una alta lignificación de las paredes celulares, como la digestibilidad en general y la reducción de la disponibilidad proteica.

Aislamiento de bacterias

Para la primera etapa de la investigación se tomaron 44 introducciones de T. diversifolia de diferentes localidades y se escogió la mejor introducción; a los 60 días de cultivo se realizó el aislamiento de las bacterias.

La Ph. D. en Ciencias Agrarias explica que esa acción se realizó porque T. diversifolia es una planta de forraje multipropósito que sirve para la alimentación de animales, por lo que puede ensilarse para prolongar su vida útil.

El ensilaje de cultivos es una de las técnicas más usadas tanto para mantener el contenido de nutrientes de la planta como para garantizar que sus propiedades seguirán intactas durante un largo periodo, y las bacterias ácido lácticas ayudan a la fermentación.

Una vez aisladas las bacterias se realizaron pruebas en laboratorio para conocer cuáles de ellas podrían adicionarse al ensilaje; una de ellas fue el Rostock fermentation test (RFT), que determina el potencial de ensilaje del forraje.

En una segunda etapa, y para conocer la eficiencia de la acidificación de las cepas aisladas que dieron mejor resultado, se añadieron al forraje las bacterias T732, T733, T734 y T735. Estas se compararon con aditivos comerciales, que poseen bacterias ácido lácticas fermentativas que mejoran el proceso.

“La calidad del ensilaje depende de las condiciones en las que se realiza la fermentación, de manera que si no tiene entrada de aire y el pH es bajo, mejora la conservación de nutrientes”.

Es la primera vez que se aíslan las bacterias de T. diversifolia, y la identificación de las características de la T735 como la más idónea significaría una forma más natural de hacer ensilaje, pues en su aplicación no se adicionan elementos, y además pertenece al mismo material de forraje.

“Lo importante es encontrar opciones diferentes a las comerciales; se debe optimizar el recurso y hacer el proceso más sencillo para que llegue al productor”.

El proyecto se desarrolló con la dirección del profesor de la U.N. Sede Palmira, Sanín Ortiz Grisales, el apoyo del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y el Grupo de Investigación Sistemas Agroforestales Pecuarios de la Universidad del Tolima.

Tomado de Agencia de Noticias UN.