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Con pruebas químicas se espera encontrar una concentración alta en alcaloides en las plantas sometidas a estrés hídrico y de bajo rendimiento.

Los alcaloides del ají, principalmente dihidrocapsaicina y capsaicina, se usan en la industria farmacéutica, alimentaria y de seguridad, por lo que los resultados del estudio permitirán hacer recomendaciones a los interesados en este cultivo con fines de extracción de capsaicinoides.

Los alcaloides son un tipo de metabolitos secundarios, o productos naturales que tienen actividad sobre el sistema nervioso central, que además forman parte del metabolismo secundario de las plantas y se expresan según el estrés de estas en su ambiente natural.

La capsaicina y la dihidrocapsaicina se han reportado en la literatura como sustancias analgésicas, anticancerígenas, antiinflamatorias y con propiedades antioxidantes. También se usan en la fabricación de gases lacrimógenos; en la industria alimentaria su importancia radica en la pungencia, es decir en su picor.

Estos compuestos son nitrogenados, por lo que se quiere identificar si agregando más nitrógeno aumenta o disminuye su producción.

Los dos elementos se consiguen puros en el mercado, y para el estudio se obtuvieron unos con cerca de 98 % de pureza. Para cuantificar los capsaicinoides se utiliza la cromatografía líquida de alta eficiencia (HPLC).

Lo que se hace con esta metodología es introducir los alcaloides comerciales en el equipo, que “le toma una fotografía” a esa pureza. Luego se ponen las muestras colectadas en campo, y el equipo compara estos datos con la primera lectura y cuantifica las muestras para conocer la concentración de cada compuesto.

Los capsaicinoides, sintetizados y almacenados por las plantas de ají, aportan el picor, cuyo contenido depende en gran medida de las condiciones del cultivo.

Luego de mantener las plantas en sequía 20 días después del trasplante hasta la producción, es decir, casi tres meses, se observó una reducción importante de producción de fruto fresco. Entre tanto, en el ensayo realizado por exceso y déficit de nutrientes no se han identificado diferencias significativas.

La investigación busca abrir una puerta de estudio en Colombia en el que se demuestre la importancia comercial del ají, no solo para su venta en fresco, sino para el uso agroindustrial que se le puede dar al extraer alcaloides y colorantes.

El estudio, financiado por Hermes, es adelantado por Luis Fernando Delgado, ingeniero agroindustrial y estudiante de la Maestría en Ciencias Agrarias con énfasis en Fisiología de Cultivos de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira.

La tesis es dirigida por el docente de la U.N. Sede Palmira, Mario García, y cuenta con el acompañamiento de los profesores Harlen Torres Castañeda y Enrique Torres.

El departamento del Valle del Cauca ha llegado a cifras de producción cercanas a las 20 toneladas por hectárea de ají, pues dispone de buena tecnología, en comparación con departamentos de la Costa Atlántica, en donde se obtienen alrededor de nueve toneladas por hectárea.

Tomado de Agencia de Noticias UN.