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Al actualizar la lista de registros del género Catasetum, se estableció que, de las cinco especies endémicas (exclusivas de Colombia), C. blepharochilum y C. tricorne, se conocen solo de espécimen tipo, es decir, a nivel de herbario.

De igual manera se determinó que C. lucis es exclusiva de Santander, pero se conoce solo en su forma cultivada.

El nuevo registro, con 38 especies, incluye unas poco conocidas y confundidas, como C. dejeaniorum, C. aff. juruenense, C. mooeri, C. tenebrosum y los híbridos naturales como C. aff. × apolloi, C. × dunstervillei y C. × violascens.

De esta manera “se completó el inventario que existe para Catasetum en Colombia, en la que el género de 192 especies en el mundo presenta 38 en nuestro país, que se dan en altitudes de 0 a 1.000 metros sobre el nivel del mar y se distribuye principalmente en la Orinoquia, Amazonia, llanos orientales y valles interandinos (valle entre las cordilleras como el Valle del Cauca)”, explicó Miguel Macgayver Bonilla Morales, magíster en Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional Sede Palmira.

El trabajo, realizado por investigadores de la U.N. Sede Palmira, representa un avance en la materia, ya que los registros existentes contienen múltiples equivocaciones.

A nivel económico, una especie de esta flor puede costar entre 20.000 y 30.000 pesos. Incluso hay especies que pueden costar más de 20 millones, debido a la afición de coleccionistas privados que hacen grandes inversiones en híbridos de especies nativas, para la obtención de plantas con simetrías perfectas, colores y formas únicas, que las hacen atractivas para la venta.

En los ámbitos biológico y ecológico, las orquídeas son importantes por su interacción con polinizadores específicos; es decir, si estos desaparecen, ellas también lo hacen. Debido a que las abejas euglosinas actúan como polinizadoras de diversas especies, las orquídeas se hacen menos vulnerables; sin embargo, una disminución de la actividad reproductiva de los insectos y de las plantas sería notoria y acarrearía consecuencias ambientales negativas.

Así lo ilustra el investigador Bonilla, quien en calidad de investigador del grupo Orquídeas, Ecología y Sistemática Vegetal, a cargo del doctor en ecología vegetal, Joel Tupac Otero Ospina, emprendió la labor de comprender la taxonomía, patrones de distribución, diversidad y estado de conservación del género Catasetum en Colombia. Esta tarea la cumple con el apoyo de Carolina Aguirre Morales, Diego Yepes y Enmanuel Gallego, investigadores del grupo.

La Amazonia y los Andes concentran la mayor diversidad de orquídeas, y el Caribe es la zona menos explorada. Además, se incluyen los caracteres diagnósticos, rangos altitudinales, relaciones geográficas y los sinónimos utilizados en el país para algunas especies con identidad taxonómica dudosa. Asimismo, se resalta la necesidad de realizar exploraciones en zonas de vacíos de colecta, como el Atlántico y el Amazonas, centro de diversidad del grupo, con la finalidad de establecer futuros planes de manejo y conservación.

Así, por ejemplo, la especie C. integerrinum, es confundida con C. maculatum, que es muy parecida. Sin embargo, la principal diferencia está en que el borde del labelo (pétalo superior, diferente a los laterales y en forma de capucha) se dobla hacia adentro, distinto al de la C. maculatum.

De igual manera, se aclaró la confusión en la identidad de dos especies (C. rectangulare y C. callosum), cuya diferencia radica en que C. rectangulare, se aparta de la C. callosum, por el labelo angosto y rectangular y los sépalos laterales (pieza floral que antes de florecer, envuelve los pétalos).

Para la obtención de estos resultados, se hizo colecta de campo en departamentos de Amazonas, Arauca, Antioquía, Bolívar, Caldas, Casanare, Cauca, Cundinamarca, Huila, Meta, Nariño, Putumayo, Quindío, Risaralda, Santander, Tolima y Valle del Cauca. En total se visitaron 100 municipios, incluidos corredores y senderos ecológicos como bosques y bordes de camino, de 1 a 10 días por salida, en zonas asociadas a bosque seco.

Además, se obtuvo material vegetal vivo y en alcohol, fotografías y observaciones de plantas a través de sociedades orquideológicas, exposiciones nacionales, cultivadores y colecciones privadas durante el período de estudio.

Sumado a lo anterior, con los sitios de colecta se constituyó una base de datos con las coordenadas geográficas, cuyos valores fueron analizados en el programa DIVA-GIS 7.5, para establecer la distribución mediante puntos en el mapa de Colombia, en el que se registra la presencia del género en cada uno de los departamentos.

Tomado de: Agencia de Noticias UN.