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Tomando la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) como determinante principal del cambio climático y observando los escenarios posibles frente a la climatología del planeta para el 2050 y el 2070, se proyectó lo que podría pasar con el clima en el Valle del Cauca.

Para este estudio, realizado en la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira, con base en lo establecido por el Panel intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), se tomaron como referencia datos meteorológicos y climáticos aportados por la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (IDEAM). Esa información fue analizada mediante un modelo matemático (GCM) propuesto por la NASA, denominado BCC-CSM1-1, el cual cuenta con el aval de la comunidad científica.

En él se incluyen diferentes variables como temperatura, precipitación, niveles de dióxido de carbono que ingresarían a la atmósfera para, posteriormente, obtener resultados que pueden tomarse como datos a futuro o predicciones de lo que sería el escenario climatológico del Valle del Cauca en los años 2050 y 2070.

Fue así como se definió una clasificación por ecosistemas a escala regional con información actual y, tomando como base el modelo ya citado de la NASA, se cruzó la información para generar una clasificación futura de ecosistemas.

Se propusieron dos escenarios futuros posibles: el positivo, en el que el hombre toma conciencia de los estragos ocasionados por la emisión de GEI y empieza a preocuparse por mitigarlos; y el negativo, en el que la producción de éstos sigue en aumento, como sucede actualmente. Los dos escenarios fueron proyectados tanto para 2050 como para 2070 y, a partir de este cruce de información, se estableció cuáles serían los ecosistemas más afectados.

Frente a la información obtenida, se estableció que desaparecería lo que hoy es catalogado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC, 2007) como el piso térmico “extremadamente frío” del departamento, mientras que los ecosistemas de baja elevación, correspondientes a temperaturas cálidas, se extenderían en territorio.

Con este trabajo, María Alejandra Gaona y Diego Fernando Rodríguez obtuvieron el título de ingenieros ambientales. “Es un estudio base que sirve para determinar, en áreas como la agronomía, por ejemplo, qué plagas podrían aumentar o disminuir su área de distribución geográfica o los cambios en las áreas de extensión para productos como el maíz o el café. También, en la parte ambiental, se puede prever la aparición o desaparición de nuevos ecosistemas”, explica Fernando Augusto Montealegre León, profesor de la Facultad de Ingeniería y Administración y líder de esta investigación.

En la U.N. Sede Palmira antes no se había intentado un estudio de este tipo y se considera que es una herramienta útil para la toma de decisiones en cuanto a temas de gestión territorial. Gracias a investigaciones como esta, se podría empezar a pensar en políticas tendientes a minimizar los posibles impactos sobre ecosistemas o implementarse estrategias de adaptación para los escenarios venideros.

Tomado de Agencia de Noticias UN.